Hoy, 21 de junio, celebramos el solsticio de invierno en el hemisferio sur, un evento astronómico que marca el día más corto y la noche más larga del año. Este fenómeno, que ha sido observado y festejado por diversas culturas a lo largo de la historia, señala el inicio del invierno y tiene una gran relevancia tanto científica como cultural.
El solsticio de invierno ocurre cuando el Polo Sur de la Tierra se encuentra en su máxima inclinación alejándose del Sol. En este día, el Sol alcanza su punto más bajo en el cielo al mediodía, resultando en la menor cantidad de luz solar. A partir de hoy, los días comenzarán a alargarse gradualmente hasta llegar al solsticio de verano en diciembre.
Las antiguas civilizaciones celebraban el solsticio de invierno con rituales y festivales, reconociendo la importancia del ciclo de las estaciones para la agricultura y la supervivencia. En algunas culturas, el solsticio simboliza la renovación y el renacimiento, ya que, aunque el invierno comienza, también representa el retorno gradual de la luz solar.
En la actualidad, el solsticio de invierno sigue siendo un momento especial para reflexionar sobre el ciclo de la naturaleza y nuestro lugar en el cosmos. Es una oportunidad para celebrar la resiliencia ante los desafíos del invierno y anticipar los días más brillantes por venir.
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