Cada 16 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, una fecha que conmemora la firma del Protocolo de Montreal en 1987, un acuerdo histórico destinado a reducir las sustancias que agotan la capa de ozono. En reconocimiento a este logro, la Asamblea General de la ONU proclamó este día como una oportunidad para concienciar sobre la importancia de proteger esta franja de gas vital para la vida en la Tierra.
La *capa de ozono* actúa como un escudo que nos protege de los efectos nocivos de los rayos ultravioleta (UV) emitidos por el Sol. Sin esta protección, la vida en el planeta estaría expuesta a mayores riesgos de enfermedades como el cáncer de piel, el debilitamiento del sistema inmunológico y daños a los ecosistemas marinos y terrestres.
El tema para el Día Internacional de la Capa de Ozono en 2024 es: *"Protocolo de Montreal: Promoviendo la Acción Climática". Este lema no solo reconoce los logros alcanzados desde la implementación del Protocolo, sino que también nos invita a mirar hacia adelante, impulsando acciones más efectivas para proteger la capa de ozono y, a su vez, contribuir al esfuerzo global contra el cambio climático. La conexión entre ambos es clara: las sustancias que agotan la capa de ozono, como los **clorofluorocarbonos (CFCs)*, también son potentes gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global.
El *Protocolo de Montreal* ha sido un ejemplo de éxito en la cooperación internacional. Desde su puesta en marcha, se ha logrado la eliminación progresiva del 99% de las sustancias que dañan la capa de ozono. Gracias a este esfuerzo, los científicos predicen que la capa de ozono se recuperará por completo a mediados de este siglo. Sin embargo, la lucha no ha terminado. Es fundamental seguir promoviendo políticas y acciones que garanticen la protección del planeta a largo plazo.
En un momento crítico para la humanidad, en el que el cambio climático y la degradación ambiental son desafíos urgentes, este día nos recuerda que es posible revertir el daño causado al medio ambiente cuando los países trabajan juntos por un bien común. El Protocolo de Montreal sigue siendo una herramienta poderosa para mitigar el impacto de los gases de efecto invernadero y promover la sostenibilidad.
Proteger la capa de ozono no solo significa preservar este frágil escudo, sino también garantizar un futuro más seguro y saludable para las próximas generaciones.
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