El Día Internacional del Beso, celebrado el 13 de abril, rinde homenaje al beso más largo registrado en la historia, ocurrido en Tailandia en el Día de San Valentín. Más allá de una fecha festiva, este día nos recuerda la importancia del beso en las relaciones humanas.
El origen del beso se remonta a diversas teorías, desde la lactancia hasta prácticas ancestrales en la India, evidenciadas en figuras talladas en piedra y mencionadas en el Kamasutra.
Además de su carga emocional y erótica, el beso tiene beneficios físicos y psicológicos. Estudios sugieren que activa la liberación de oxitocina, promoviendo el placer y fortaleciendo los lazos afectivos. Para las parejas, el beso puede ser terapéutico, promoviendo una vida más feliz y duradera.
El beso no solo es un gesto romántico, sino un elemento crucial en la expresión del deseo, la pasión y el amor entre los amantes.
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